lunes, 19 de marzo de 2012

Convocatoria unitaria a la huelga general del comité de empresa de Asprodis


Compañeros y compañeras:
El actual gobierno ha aprobado una reforma laboral que acaba de un plumazo con toda una serie de derechos adquiridos por la clase trabajadora tras más de dos siglos de lucha.
Herramientas como la negociación colectiva, una de nuestras principales armas, desaparecen de un plumazo. Ahora tendrán más peso los convenios de empresa, lo que hará que, al negociar directamente con el empresario, este pueda imponer sus condiciones gracias al miedo al despido.
También podrá modificar horarios y sueldos a su gusto, alegando a la competividad y la productividad, es decir, si decide que la ratio actual no es adecuada, puede despedir a unos cuantos y hacer que los otros trabajen más horas cobrando lo mismo, o hacer una rebaja de sueldos para pagar otras cosas. Te pueden quitar el plus de festividad, de nocturnidad y las pagas extras sin tener que dar explicaciones.
A tener en cuenta que nuestro equipo técnico es eso, equipo técnico y ellos pueden sugerir, pero no determinan.
Podrá despedir cuando se falta al trabajo nueve días durante dos meses por enfermedad común, incluso justificada. Así que nada de vómitos, jaquecas, diarreas o ginecólogos.
Se puede hacer un ERE (expediente de regulación de empleo) sin que tenga que discutirse con el personal ni ser aprobado por la Administración. Es decir, que se pueden deshacer de los trabajadores cuando y como quieran, y dado que cuanto más tiempo lleves en la empresa más caro sales y ahora se pueden hacer contratos de prácticas con sueldo bajo y despido gratis...
Se puede despedir con una indemnización de 20 días alegando previsión de pérdidas, algo tan simple como dudar si va a haber póliza o subvención.
Los parados que estén cobrando deberán hacer trabajos sociales para la comunidad, regulados como los condenados de modo alternativo a la prisión. Trabajos sociales como el cuidado de personas con discapacidad. Es decir, te pueden despedir y hacerte venir a trabajar sin cobrar.
El personal que dependa de la administración pública, subvenciones, por ejemplo, puede ser despedida si hay falta de liquidez. Es decir si la subvención no ha entrado y no se sabe cuando va a hacerlo, se puede prescindir de personal.
Todo ésto es para favorecer al empresario, dado que el propio ministro ha reconocido que no está pensada para generar empleo y, de hecho, no lo está haciendo.
Por todo ello consideramos que hemos de participar cuánto y cuántos podamos en esta movilización, para defender aquello que hemos conseguido y que nos quieren arrebatar de un plumazo.
Por nosotras y nosotros.
Por nuestros derechos.
Por nuestro futuro.
¡Vayamos!

sábado, 17 de marzo de 2012

Ciudad de vida y nada.

No queda nada, si no el miedo. La fría e irracional lógica del miedo. La calle desierta, la huida hacia delante del hastío cotidiano. El encogerse de hombros y el sentirse menos que nada. Hemos olvidado tanto que ya no recordamos quiénes fuimos, que ya no sabemos qué somos.
Ahora vagamos en el continuo, el horrible letargo de la cabeza gacha, de la derrota, del futuro imposible.
Ahora somos menos que cero, siquiera el resto del aire que nos queda.
Ahora estamos en la silenciosa amargura de la prisión irremediable, prietas las invisibles cadenas de los hábitos, destruido el poco espacio que pudiere quedar incluso dentro.
Quedaría épico decir que hay quien no tiene miedo, es cierto, que nos arropa la historia, que la razón está de nuestra parte, que tenemos, o creemos tener, a alguien detrás por si cayésemos. Pero en este acto de fe continuo que es la vida claro que tenemos miedo. Tanto como cualquiera, porque somos como cualquiera. Tantos como cualquiera, ni uno más, ni uno menos. Y, con toda probabilidad, exactamente los mismos.
Sería mágico vivir una realidad aparte, ver este mundo como lejano, marcar la diferencia por ser de verdad diferente.
Pero no. Somos tan parte del todo como puede serlo cualquiera. Tenemos tanto que ganar y que perder como pueda tener cualquiera, y sabemos que el tiempo de los heroísmos ha pasado. Tal vez a nuestro pesar, o para nuestra fortuna, pero ha pasado.
La diferencia, la simple diferencia, es sencilla, simplemente no podemos. No sabemos por qué, y con toda probabilidad nunca lo sabremos.
Pero no podemos. Solo es eso. No podemos porque tal vez no sepamos, tal vez, solo tal vez, no sepamos.
Pero no podemos. Y tal vez por eso estamos aquí, siendo lo que somos, no haciendo lo que hacemos. No somos otra cosa más que tú. No somos nada más que nadie, ni que nada, pero no podemos.
Y tal vez tú tampoco puedas, o creas que no puedes y sepas que sí. O crees que podrías si... Pero no ahora. No tú. Y sin embargo... A veces se te remueve algo dentro, a veces sueñas que podría ser si...
Pero no sabes por qué, no puedes. Por lo que sea. Simplemente, no puedes.
No puedes estar de este lado, aunque quisieras. Hay abismos que no tienen ni nombre ni sentido, pero existen.
Y la mayoría no ha podido elegir su lado.
Por eso te tendemos la mano. Para que cuando puedas, o creas que puedes, o quieras poder o tú sabrás.
Por si acaso, simplemente. Ya sabes donde estamos.