viernes, 13 de julio de 2012

Otro manifiesto

He estado ocupadete últimamente en procastinar por encima de mis posibilidades, pero dado que hoy tenemos ésto:

Y se supone que soy yo al que le gusta escribir... Me he encargado de hacer el manifiesto que se leerá en algún momento.

Como no hay nada que me guste más, aparte de procastinar, que darme autobombo, aquí va.


Compañeros, compañeras, ciudadanos, ciudadanas. Os preguntaréis qué es esto, qué hacemos aquí, una tarde de verano, en vez de unos metros más allá disfrutando de algo que nos arranque el calor. 
La situación es terriblemente sencilla: La Generalitat Valenciana nos debe dinero. Mucho. Hasta ayer mismo no sabíamos que, al menos este mes, cobramos. Pero a partir del que viene ya es otra historia, ya no sabemos cuando volveremos a cobrar. Y queremos cobrar por nuestro trabajo, plantearnos un futuro, tener una cierta seguridad, si esto es posible en estos tiempos aciagos.
Pero no es solo eso, por supuesto. Tenemos personas a nuestro cargo, personas a quienes ayudamos a comer, a asearse, a todo. Incluso algunas no nos tienen más que a nosotros... Y eso significa que si no llega el dinero que falta el servicio se va a ver resentido. No porque la gente que haya aquí se arrede, aquí donde los veis, 133 personas se han pasado cuatro meses sin cobrar, y absolutamente nadie se ha pedido un solo día libre, no ha habido una sola baja. No es una gran heroicidad, es algo muy de estar por casa, pero es lo suficientemente dignificante para mececer que nos escuchen. Somos personas que cuidan de personas que, aparte de nuestros cuidados, necesitan muchas otras cosas. Necesitan no solo comer, o ducharse, o ir bien afeitados. Necesitan salir, relajarse, ocupar su tiempo. Necesitan lo que cualquier persona necesita y, como todos en esta vida, necesitan dinero para ello, para mantener una calidad y dignidad de vida que dignifique también a la sociedad de la que forman parte, que no se sientan rechazados, almacenados o escondidos, que sean tan parte de este mundo como cualquiera puede serlo, con todo lo malo y todo lo bueno. 
Pero para eso, como hemos dicho, también se necesita dinero. Y no dinero para este mes, ni para el que viene. Necesitan programas a largo plazo, con objetivos, con programas con fines concretos. Fines que precisan de medios. Se ha avanzado mucho, es cierto, muchísimo, pero ya no para mantener el ritmo de avance, únicamente para mantener lo comseguido con años de duro trabajo necesitamos, otra vez, medios. Medios estables que permitan planificación a largo plazo, no este cuentagotas que hace que sea implanteable pensar en el mes siguiente. Medios estables que nos hagan saber que somos una realidad para el Gobierno, y no un gasto molesto al que se atiende casi por caridad cuando hay algo de dinero. No queremos ningún privilegio, solo queremos ser, a ojos de Generalitat, tan importantes y prioritarios como cualquier otro, aunque no aportemos a esta sociedad más que hacerla más tolerante, libre y diversa.


Y la cancioncita de turno...


jueves, 3 de mayo de 2012

Todo necio confunde valor y precio

MANIFIESTO LEÍDO EN LA CONCENTRACIÓN DEL 27 DE ABRIL EN ALICANTE CONTRA LOS IMPAGOS DE CONSELLERÍA A SERVICIOS SOCIALES.

Lo sabemos. Sabemos que tenemos el cielo ganado, que somos excelentes personas, que no todo el mundo vale para hacer estas cosas, que nuestro trabajo no tiene precio. Cierto, pero no es lo único nuestro que no tiene precio. Tenemos una cosa que se llama dignidad, una cosa que nos permite ir con la cabeza alta y dormir por las noches. Ya sabemos que para quienes hay ahí dentro es un concepto difícil de entender y nuestra única manera de explicárselo es estando aquí, sin ocultarnos, sin miedo. Porque no somos como quienes están detrás de estas puertas, torpes cobardes que con mentiras se escabullen. Porque no somos como quienes dicen que representan a nuestras empresas, serviles que esperan las últimas migajas. Cada día, cada noche, cambiamos pañales, damos de comer a quien no puede, a comunicarse a quien no sabe, a caminar a quien no lo hace. Y cada día sabemos que hemos hecho algo útil. Como estar aquí, aunque ahí dentro no piensen lo mismo. Ahí dentro consideran que hacer lo correcto es inútil, cuando de inútiles es habernos llevado al borde de la quiebra, haber traicionado la confianza de su pueblo. Estamos haciendo lo correcto. Eso siempre, siempre es útil, aunque no lo comprendan. Estamos aquí y hemos ganado. Ganamos en el momento en que vimos que desde aquí dentro nos habían abandonado, que la gente que se debería preocupar por nuestra subsistencia, que para ello firmamos un contrato, miraba hacia otra parte y, entonces, perdimos el miedo y vimos que más allá de nuestros ojos había gente abandonada por la misma gente desalmada y nos fuimos juntando y nos llamamos: Compañero. Compañera. Justo, en ese preciso instante, ganamos.Y en este momento todo es útil, por que es el final de un camino de desamparo, porque sabemos que esas otras personas en nuestra misma situación están aquí, a nuestro lado. Ganamos porque todo empieza hoy. Y aquí estamos, porque valemos y lo sabemos, porque somos útiles y por eso tenemos el pecho henchido de orgullo pidiendo no caridad, si no la justicia de lo que es nuestro. Aquí estamos porque somos personas sencillas, buenas y decentes que quieren llevar una vida sencilla, buena y decente. No pedimos más que lo que nos pertenece. No es culpa nuestra lo que haya pasado aquí dentro, la manifiesta incapacidad para volver a casa con la conciencia tranquila del trabajo bien hecho. No es culpa nuestra que vuestro trabajo cotidiano, de tan alto precio, carezca de valor. Únicamente pretendemos que el nuestro, que tiene un valor muy alto, tenga también un precio.

martes, 24 de abril de 2012

Por cierto...


El enemigo


Me plagio a mi mísmo, cosa que me encanta. Otra vez desde el blog de mi sección sindical de la empresa donde trabajo.




                   A vueltas, como no, con la situación que nos atañe y que, claro, nos quita el sueño. Desde el principio, quisimos delimitar quién era el enemigo, pues en estos tiempos de "van a por todo" y "no han dejado nada" es demasiado fácil que la pelota esté por casualidad en el tejado de enfrente. Así que... ¿Contra quién nos las estamos viendo?¿Quién es nuestro interlocutor válido? Como dicen los sabios, lo importante no es saber, si no tener el teléfono de quien sabe. Preguntamos a la famosa nube que todo lo sabe, pero también a personas de carne y hueso. La respuesta estaba clara, Generalitat. Más específicamente, Bienestar Social. Nada que ver con el Estado Español, del que asimismo habría que hablar... pero no es este el momento. Así que a ella dirigimos nuestra justa ira obrera.
Pero hay alguien entre medias... Al vivir donde vivimos, donde ciertos servicios que deberían ser públicos son un sumidero de dinero de la ciudadanía a manos de unos cuantos, los lugares donde trabajamos, aun con nombre y funcionamiento de asociaciones son en última instancia empresas. O tal vez sea al revés. Así que tenemos una patronal. Que también sufre los impagos, por supuesto, y los retrasos del dinero prometido les obliga a embarcarse en carísimos préstamos a devolver cuando llegue el concierto o subvención... una manera como cualquier otra de pasar dinero público al privado, única cosa en que el gobierno autonómico destaca. Aunque dada su composición, ya es un logro que hagan una cosa bien.
Pues eso. Que nuestra patronal tampoco cobra, por lo que los intereses por los préstamos a cuenta se disparan y las entidades viven en un proceso de estrangulamiento continuo. Así que en un principio, nuestra lucha es también su lucha.
Lo que me gustaría saber es como lucha la patronal.
Es decir, uno piensa en patronal y piensa en tipos gordos con sombrero de copa y gafas oscuras que encienden puros con billetes de 100 dólares, o algo parecido. No se los imagina en una manifestación, o encadenados a la puerta de la empresa o acampados en una plaza, como está de moda ahora. De hecho, la patronal no lucha... Se defiende con uñas y dientes de nuestras malvadas ansias obreras de una vida mejor y más justa.
Pero albergábamos la esperanza de que en casos como este, de un enemigo común, de una necesidad común, por no usar lenguaje agresivo, nos tendiésemos la mano y, cada uno a su modo, hiciera lo que buenamente pudiera para salir del embrollo. Aunque claro, también creemos que "Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros." (más información aquí)
Por nuestra parte, francamente, lo tenemos fácil. Al fin y al cabo, nos gusta pasear nuestras banderas, gritar y luego acabar de cañas en alguna terracita. Ya se sabe, lo que conlleva pertenecer a banda organizada. Y sin cobrar el día.
Pero por la suya... ¿Qué hacen? Ya no es que nos afecte o no. Es curiosidad. Preguntamos. Pues... mandaron una carta. No se yo si el gobierno está autorizado a negociar con gente que manda cartas, porque una vez cedes, ya todo el mundo empezará a hacerlo y será el fin de la civilización tal y como la conocemos. Y un comunicado de prensa que no apareció en ningún sitio. En ninguno. Vale que la prensa escrita tiene cosas más importantes de las que hablar, pero en la época digital cualquier periodicucho no tiene reparos en poner un pequeño enlace, o al menos un comentario. Pero nada. Cero patatero, que diría el gran... . No encontramos nada. Al menos, lo enviaron a las distintas asociaciones diciendo que lo habían enviado a la prensa.
Ahondando en la era digital, quien quiera, ahora, puede tener una web. O un blog o lo que sea. Si nadie te hace caso y crees que tienes un mensaje que dar, en tres minutos tienes el lugar donde decirlo. Ahora el que no hace oír su mensaje, o lo intenta, es porque no quiere.
Miramos en la página. Esta página. Nada, ni una mención, ni una queja. La última noticia, de hace cuatro meses, la anterior, de hace dos años. Cabe la posibilidad de que no actualicen muy a menudo, es cierto, pero... Ante una situación grave... La gente reacciona, respira, se mueve en cualquier dirección. Y si has hecho una cosa, por pequeña que sea, la magnificas hasta que parezca una epopeya.

Pero nada, ni una sola mención, y van ya cuatro meses de retraso sobre lo estipulado. A base de préstamos y ahorros, han ido tirando, pero ahora no tienen nada, o casi nada, que no es lo mismo, pero es igual, y sin embargo... Siguen callados. Dicen que hacen presión. Supongo que en Consellería estarán aterrorizados porque la gente a quien no pagan se mantiene callada.Tiene que ser insoportable.
Ahora es cuando sacamos las frases osoamoroseras, buenrollistas y autoayudativas o las máximas dogmáticas con las que estamos ideologizados algunos. Aquellas de "la indiferencia te hace cómplice", o "el mal prevalece cuando las personas buenas no hacen nada".
Con su silencio sumiso, nos están dejando en desamparo a quienes vivimos de esto. Ahora sabemos quién es el enemigo, es cierto, pero también quién lo apoya mirando hacia otro lado.
Ahora, si no fuésemos lo que somos, estaríamos solos, nos sentiríamos perdidos. Pero somos lo que somos, somos algo que ellos nunca serán, y tenemos algo que ellos nunca tendrán. Somos trabajadores y trabajadoras y, aparte de a nosotros mismos, nos tenemos los unos a los otros,

martes, 17 de abril de 2012

Los trabajadores y trabajadoras de ASPRODIS apoyan la movilización el 27 de Abril.

En la asamblea que se ha realizado hoy, con una asistencia masiva, quienes formamos el comité de empresa en que está nuestra sección sindical, formado asimismo por representantes de Comisiones Obreras, hemos informado sobre la precaria, si no dramática, situación en que nos hallamos, explicando que para Generalitat somos uno de sus gastos menos prioritarios.
Tras un debate en el que se han barajado diversas proposiciones adicionales, se ha decidido mayoritariamente acudir a la concentración que se realizará el próximo 27 de abril en Alicante, como primer paso de una serie de acciones que irán subiendo de tono
mientras la Generalitat nos considere un gasto molesto.

martes, 3 de abril de 2012

Guillermo Tell




¿Te acuerdas?

La vida la marcaba el pito de la fábrica. Los trabajadores entraban, o salían, juntos, eran compañeros. No trabajaban juntos. Eran compañeros. ¿Te acuerdas?

Había reuniones multitudinarias, planes, estaban todos, estaban unidos, había un futuro por el que pelear, un mundo que conquistar.  ¿Te acuerdas? Había una cosa que se llamaba esperanza.  ¿Cuándo fue la última vez que oíste esa palabra?

Siempre había alguien ayudando a alguien, pese a  uno mismo, la solidaridad era algo cotidiano. ¿Cuándo fue la última vez que fuimos solidarios?

Luego vinieron las traiciones y los principios de compra y venta, las derrotas y el desengaño cotidiano. El sálvese quién pueda. El sé tú mismo, el desconfía, siempre desconfía. El piensa en ti, que nadie, nunca.

De eso sí te acuerdas, estoy seguro. Lo hemos oído mil veces y repetimos la lección como insensatos. Nos han contado la derrota, y les hemos creído, los hemos visto rotos siguiendo con sus vidas, pero sabemos quiénes fueron, sabemos que hicieron y sabemos que detrás de esa sonrisa cotidiana hay un soñador que intentaba forjarnos un futuro. Que intentaban forjar el futuro. Detrás de ese hastío hay un guerrero orgulloso. Derrotado, sí, pero guerrero y con el corazón sabiendo que ha peleado. Héroes caídos en el olvido, pero héroes.

¿Cuándo fue la última vez que tuvimos un compañero? Uno de verdad, no alguien que trabaja en el mismo sitio, un desconocido que vive otra vida. Un compañero que al mirarlo nos vemos a nosotros mismos, no a ese otro tan terriblemente ajeno.

¿Cuándo fue la última vez que tuvimos esperanza? No esa esperanza cotidiana de amanecer otro día, como estamos, un poquito mejor, no mucho más aunque nos engañemos. Esperanza, la gran esperanza de que el futuro sea un gran futuro en el que quepamos todos, en que caminemos juntos.

¿Cuándo fue la última vez que fuimos solidarios? No caritativos, dando lo que realmente nos sobra. Cuando renunciamos a parte de nosotros mismos para contribuir a algo, para ayudar a muchos, aunque fuesen desconocidos, porque todos aquellos otros éramos también nosotros mismos.

Y ahora aquí estamos, solos, porque nos dijeron que el otro es el enemigo, que pretende asaltar en castillo de nuestra única e indivisible individualidad y navegamos como islas inconexas en este oceáno, rotos los hilos que nos unían pero ciegos a las cadenas que nos atan. Solos. Escuchando historias de viejos héroes olvidados y creyendo únicamente en la derrota y en agarrarse al mejor madero cuando se hunde el barco.
Solos, sin compañeros, sin esperanza, insolidarios.

Pero hubo un tiempo de héroes que no se tenían más que a ellos mismos, orgullosos de ser quien eran, y por ello, serán siempre más ricos de lo que nunca seremos nosotros.

Pero de todo se aprende, y de todo queda, y donde hubo sueños siempre quedan brasas, y porque podrán destrozarte los ideales pero no doblegarte las ideas, porque alzaron cuando llegó el momento el puño y la cabeza, no se apagó la antorcha, se ha recogido, y en este momento aciago, cuando la desesperanza acecha, cuando nada sirve para nada, cuando no se puede cambiar nada y todo será siempre lo mismo, ese espíritu que no se rinde, del que no se habla, pero se recuerda, ha vuelto, si es que se fue alguna vez del todo, para recordarnos que las cosas no se arreglan solas, que tenemos nuestros anhelos, nuestros nuevos viejos sueños para una nueva vieja época,      que digan lo que digan nos tenemos,  que no se puede es una gran mentira, que se puede, vaya si se puede, y lo sabemos.





lunes, 19 de marzo de 2012

Convocatoria unitaria a la huelga general del comité de empresa de Asprodis


Compañeros y compañeras:
El actual gobierno ha aprobado una reforma laboral que acaba de un plumazo con toda una serie de derechos adquiridos por la clase trabajadora tras más de dos siglos de lucha.
Herramientas como la negociación colectiva, una de nuestras principales armas, desaparecen de un plumazo. Ahora tendrán más peso los convenios de empresa, lo que hará que, al negociar directamente con el empresario, este pueda imponer sus condiciones gracias al miedo al despido.
También podrá modificar horarios y sueldos a su gusto, alegando a la competividad y la productividad, es decir, si decide que la ratio actual no es adecuada, puede despedir a unos cuantos y hacer que los otros trabajen más horas cobrando lo mismo, o hacer una rebaja de sueldos para pagar otras cosas. Te pueden quitar el plus de festividad, de nocturnidad y las pagas extras sin tener que dar explicaciones.
A tener en cuenta que nuestro equipo técnico es eso, equipo técnico y ellos pueden sugerir, pero no determinan.
Podrá despedir cuando se falta al trabajo nueve días durante dos meses por enfermedad común, incluso justificada. Así que nada de vómitos, jaquecas, diarreas o ginecólogos.
Se puede hacer un ERE (expediente de regulación de empleo) sin que tenga que discutirse con el personal ni ser aprobado por la Administración. Es decir, que se pueden deshacer de los trabajadores cuando y como quieran, y dado que cuanto más tiempo lleves en la empresa más caro sales y ahora se pueden hacer contratos de prácticas con sueldo bajo y despido gratis...
Se puede despedir con una indemnización de 20 días alegando previsión de pérdidas, algo tan simple como dudar si va a haber póliza o subvención.
Los parados que estén cobrando deberán hacer trabajos sociales para la comunidad, regulados como los condenados de modo alternativo a la prisión. Trabajos sociales como el cuidado de personas con discapacidad. Es decir, te pueden despedir y hacerte venir a trabajar sin cobrar.
El personal que dependa de la administración pública, subvenciones, por ejemplo, puede ser despedida si hay falta de liquidez. Es decir si la subvención no ha entrado y no se sabe cuando va a hacerlo, se puede prescindir de personal.
Todo ésto es para favorecer al empresario, dado que el propio ministro ha reconocido que no está pensada para generar empleo y, de hecho, no lo está haciendo.
Por todo ello consideramos que hemos de participar cuánto y cuántos podamos en esta movilización, para defender aquello que hemos conseguido y que nos quieren arrebatar de un plumazo.
Por nosotras y nosotros.
Por nuestros derechos.
Por nuestro futuro.
¡Vayamos!

sábado, 17 de marzo de 2012

Ciudad de vida y nada.

No queda nada, si no el miedo. La fría e irracional lógica del miedo. La calle desierta, la huida hacia delante del hastío cotidiano. El encogerse de hombros y el sentirse menos que nada. Hemos olvidado tanto que ya no recordamos quiénes fuimos, que ya no sabemos qué somos.
Ahora vagamos en el continuo, el horrible letargo de la cabeza gacha, de la derrota, del futuro imposible.
Ahora somos menos que cero, siquiera el resto del aire que nos queda.
Ahora estamos en la silenciosa amargura de la prisión irremediable, prietas las invisibles cadenas de los hábitos, destruido el poco espacio que pudiere quedar incluso dentro.
Quedaría épico decir que hay quien no tiene miedo, es cierto, que nos arropa la historia, que la razón está de nuestra parte, que tenemos, o creemos tener, a alguien detrás por si cayésemos. Pero en este acto de fe continuo que es la vida claro que tenemos miedo. Tanto como cualquiera, porque somos como cualquiera. Tantos como cualquiera, ni uno más, ni uno menos. Y, con toda probabilidad, exactamente los mismos.
Sería mágico vivir una realidad aparte, ver este mundo como lejano, marcar la diferencia por ser de verdad diferente.
Pero no. Somos tan parte del todo como puede serlo cualquiera. Tenemos tanto que ganar y que perder como pueda tener cualquiera, y sabemos que el tiempo de los heroísmos ha pasado. Tal vez a nuestro pesar, o para nuestra fortuna, pero ha pasado.
La diferencia, la simple diferencia, es sencilla, simplemente no podemos. No sabemos por qué, y con toda probabilidad nunca lo sabremos.
Pero no podemos. Solo es eso. No podemos porque tal vez no sepamos, tal vez, solo tal vez, no sepamos.
Pero no podemos. Y tal vez por eso estamos aquí, siendo lo que somos, no haciendo lo que hacemos. No somos otra cosa más que tú. No somos nada más que nadie, ni que nada, pero no podemos.
Y tal vez tú tampoco puedas, o creas que no puedes y sepas que sí. O crees que podrías si... Pero no ahora. No tú. Y sin embargo... A veces se te remueve algo dentro, a veces sueñas que podría ser si...
Pero no sabes por qué, no puedes. Por lo que sea. Simplemente, no puedes.
No puedes estar de este lado, aunque quisieras. Hay abismos que no tienen ni nombre ni sentido, pero existen.
Y la mayoría no ha podido elegir su lado.
Por eso te tendemos la mano. Para que cuando puedas, o creas que puedes, o quieras poder o tú sabrás.
Por si acaso, simplemente. Ya sabes donde estamos.

martes, 21 de febrero de 2012

Ante las agresiones policiales en Valencia y la llamada Primavera Valenciana. Declaración Oficial, que conste.


Esto es un copi-pegado de un texto que he escrito para La cigarra, el blog de la sección sindical de CGT, organización en la que milito y de la cual soy representante en el comité de empresa.

Obviamente, quienes formamos parte de este proyecto intentamos estar al corriente de la actualidad para formarnos una opinión que probablemente diste mucho de la objetividad.
Probablemente, incluso, nuestras fuentes sean del todo tendenciosas y muestren tan sólo aquello que deseen que veamos, como cualquier otra fuente, por muy alternativa que sea.
Tal vez incluso, remarquemos ciertos temas que consideremos de plena importancia frente a otros que nos parecen irrelevantes.
Puede ser que tengamos todo un bagaje de prejuicios a los que llamamos formación, y nos manejemos a través de axiomas repletos de ideología, ese gran pecado.
O que pensemos que carecer de pensamiento político propio es de un radicalismo tan preocupante como el defender el nuestro a ultranza.
Cabría la probabilidad de pretender aparentar saberlo todo, y en el fondo, no saber nada.
Llegaríamos a admitir que únicamente somos personas, e incluso que podríamos llegar a equivocarnos en nuestros análisis.

Pero, ante esto





nuestra percepción, como ya hemos comentado, a lo mejor distorsionada, nos llena la cabeza de pensamientos que irremisiblemente nos llevarían a ser acusados de injurias o difamación, como mínimo, pero lo más seguro es que fuese de manifiesta apología del terrorismo.

Y lo mejor de todo es que nos alegra sentir que el corazón salirse del pecho de pura rebeldía, de pura impotencia, de puro inconformismo.

Nos alegra saber que somos una terrible minoría, la de aquellas personas que prefieren salir y perder que encerrarse en la profunda derrota de lo cotidiano.

Aunque nos duela y nos reviente, no sabemos encogernos de hombros y justificar lo injustificable, excusar lo inexcusable, ser otra cosa que la que somos.





lunes, 13 de febrero de 2012

La reforma laboral y yo

A raíz de la reforma laboral, por llamarla de algún modo, que ha aprobado el gobierno ultraconservador, a los hechos me remito, del Reino de España,  por Real Decreto, o lo que viene a ser, sin que pasara por el supuesto control democrático que se supone que representa el Parlamento, con el beneplácito del empresariado y la discrepancia, en mayor o menor grado, del mundo sindical, que en teoría representa a la población asalariada y similares, muchas son las voces que han hablado de ella, a favor y en contra. Otras, muchísimas más, andan más preocupadas porque un   ciclista se drogue para ganar o una señora se muera en una bañera. Algunas ni eso.

De las personas que están a favor no voy a decir nada, bastante tienen con lo que tienen, las pobrecitas. Hay que darles amor, porque, pese a todo, son seres humanos.

De las personas que están en contra, no voy a dudar de que, para muchas, si fuese su partido el que la hubiese aprobado hace unos meses, ahora la estarían justificando a capa y espada. Para otras, esto no es una reforma laboral, esto es un asalto a mano armada a lo que viene a ser la clase trabajadora.

Clase trabajadora es aquella cuyos ingresos provienen de trabajar, más o menos vender tu tiempo desarrollando una actividad a cambio de unos ingresos. Clase empresarial es aquella a quien le vendes tu tiempo. Entre medias no hay nada. Pero me gustaría imaginar que ésto lo da por sabido todo el mundo.

Luego están las otras, las que a ellas ni les va ni les viene, esa gente rara que cree que la política no les afecta, y, por tanto, no les interesa. Aunque usen la sanidad pública y hayan estudiado en colegios públicos. Que critica a Hacienda y usa autovías y hospitales y va a hablar con el profesorado y se emociona viendo pasar a su ejército. Que crees que estás hablando con ella y te das cuenta que hablas con el telediario de la hora de la cena. Ya sabéis. Esa gente. Como dicen, tiene que haber de todo. Y esa gente, la mayoría de veces, parece toda.

A lo mejor, simplemente, no se lo han explicado bien del todo. O no se lo han explicado nada. Lo más probable es que de verdad no les interese, y piensen que son inmunes al mundo que nos rodea. Es algo demasiado frecuente, por desgracia.

Muchas veces he querido ser de esa gente, pero, entre predeterminación genética y entorno social, no he podido. Por fortuna. No me gusta pasar el invierno en el corral y que me trasquilen de cara al buen tiempo. Es respetable como opción vital, pero no es la mía. Creo. Aunque esa sería otra disertación.

Ahora bien. ¿Y si lo fuese?

¿Y si yo fuese "esa gente"?

¿Me afectaría?

Supongamos.

Supongamos que no tengo ni idea de lo que viene a ser la política, y pienso, como el fundador del movimiento fascista en el Estado Español, que derecha e izquierda son lo mismo. Digamos que en un arrebato de locura me da por leer para informarme en vez de ver el esclarecedor resumen de treinta segundos que han dado en las noticias. Así que tiro de Internet, que para eso la inventó el ejército estadounidense, y miro los enlaces. Algunos contienen el texto íntegro, pero como tampoco tengo idea del vocabulario técnico que pueden llegar a gastar los textos legales, opto por la prensa, a ser posible, un artículo resumen donde no haya que leer demasiado, digamos que con un lenguaje claro y conciso, como si yo, cosa que en absoluto soy, pero vamos, es un suponer, como si fuese idiota. Y si tiene dibujos y fotos, mejor.

Pincho en el primer enlace que me sale y me pongo a leer. Cualquier periódico a hecho un resumen únicamente de los cambios drásticos, de lo que realmente afecta. Veamos:

Lo primero que se menciona es el despido. ¿Eso me afecta?¿A mí, que soy todo un ejemplo de lo bien que se hacen las cosas? Yo soy indispensable, la empresa se iría al traste sin mí, pero bueno, lo hojearé:

Hablan de indemnización por despido improcedente, que creo que es que te echen aunque no tengan motivos para ello. Vamos, lo único que me podría pasar a mí. Dicen que bajan la indemnización de 45 días ¡por año trabajado! a 33 días... Vamos, que sería mucho menos. Y encima, el máximo baja de 42 a 24 mensualidades. Es decir, que si llevase un montón de tiempo trabajando en el mismo sitio, me pagarían, como mucho, lo que cobraría en dos años. Que puede que suene bien, pero es que antes estaba mejor. Sobre todo teniendo en cuenta que ese será el dinero del que dispondré hasta encontrar otro trabajo. Que tal y cómo está la cosa, vete tú a saber cuándo encuentro otro. No es por que yo no valga, es que no hay trabajo. Y el propio ministro ha dicho que esta reforma no es para crearlo. De verdad.

Pero bueno, voy a tener fe en mi empresa y a pensar que no me van a echar por equivocación. ¿Por qué otra cosa me echarían?

 Pues hablan también de despido objetivo, procedente o como sea. Parece ser que la indemnización es de...¡20 días!¿Eso es muy poco, no?¿Y cuándo podría ser? Pues claro, por causas económicas... Si la empresa tiene pérdidas... ¡O cree que puede tener! Es decir, si decide que va a ir mal en unos meses, o que no gana lo suficiente, o cree que sobra gente para hacer el trabajo que hay, o, por lo que voy leyendo, prácticamente lo que le venga en gana. Pero bueno... tengo a la justicia de mi lado...Eso se decide en los juzgados, ¿no?
No. A partir de ahora, si la empresa decide hacer un ERE (Expediente de Regulación de Empleo, eso que le  pasa a otras personas), no hace falta que lo apruebe el juzgado, con decírselo basta.
Bueno, para defenderme estarán esas cosas que llaman sindicato, o comité, o algo así, que no sé muy bien lo que es ni para que sirve, pero bueno... es para situaciones así. Se supone que me tienen que defender.
No. A partir de ahora, si empresa y sindicatos no se ponen de acuerdo, la que se lleva la razón en la empresa. Vamos, que aunque sea obvio que hacemos falta todo el personal que estamos y la empresa decide que no... Es que no. Que luego podré ir a juicio y tal, pero eso ya son follones y perder de trabajar.

Hablando de lo cual, nunca he faltado al trabajo sin causa justificada. Como he dicho, soy ejemplar. Alguna vez he ido al médico, pero bueno... Uy, aquí habla de las bajas.... Parece ser que si estoy de baja más de nueve días en dos meses, a la calle. Vaya, una mala gripe,tres pruebas y ya ando en peligro. Así que al trabajo con cuarenta de fiebre. No tiene por qué pasar nada. Espero.

Bueno, de todo eso... algo tiene que poner en el convenio, digo yo. Aquí está, en la C. Bueno, pues me dice que si el convenio ya no se renueva automáticamente, se renegocia. Y si no hay acuerdo, a tomar por saco. Es decir, que se pierden todos los derechos anteriores. Se toma como base el convenio superior, que siempre es como más general y con menos derechos específicos. Bueno... pues se renegocia. Ya lo hará alguien en algún sitio, digo yo.

¡En la empresa!¡Directamente en la empresa! Es decir, cara a cara, los sindicatos, que ya no son sindicatos si no alguien del trabajo frente a la patronal, que ya no es la patronal, si no una persona en concreto, que sabe como somos y que se puede deshacer del personal a voluntad. Y encima... Y encima, si considera que hay una situación mala, se puede saltar el convenio alegremente, en plan de modificar horarios, turnos, funciones, vacaciones... ¡Sueldos! Así, porque de repente decide que hace falta más una cosa que otra. Sin renunciar a sus privilegios, claro.

¿Sigo mirando cosas? Seguro que podría. Pero creo que va a ser peor. Soy capaz... ¡Soy capaz de darle al "me gusta" si alguien hace una página en Facebook!¡Que a mí no me conocen!¡Que soy capaz de compartirlo y todo!

Bueno, hay quien habla de huelgas y manifestaciones, pero no voy a perder el sueldo de un día por hacer cosas de radicales. Total, no sirven para nada. Mejor que esas cosas las hagan otras personas. Yo, por si acaso, no me mojo. Pero hay que decir que hay que hacer algo y que unirse, y luego, que no sirve para nada, que ese discurso sí que me lo sé.

Y fin de la fantasía. Que yo, mi yo real, es de quienes consideran que esta reforma es un abuso, y de quienes  consideran que la única manera de plantarle cara es en la calle, con pancartas, banderas y consignas, y siendo una inmensa mayoría.

Pero esperar que eso suceda es mucho más estúpido que creer que la reforma no me afecta o que no se puede hacer nada para cambiarla. Por mucho que me duela.

PD: La fuente "al azar" ha sido el diario "Público"... En estos asuntos no se puede ni ser frío ni objetivo. Declarar lo contrario no implica estar más allá del bien y del mal, si no una notable carencia de capacidades intelectuales.

Y sí, eso va por ti.







Segundo intento...

Retomo un viejo proyecto, mi primer blog, donde hablaba de cosas que tenían, o pretendían tener, que ver con la política y sus alrededores, en su más amplia concepción.
Todo son opiniones, y percepciones, absolutamente personales, aunque, dada la naturaleza polémica de la temática, no están exentas de provocar desacuerdos.